RUTLEDGE, Tenn. — Cuando agentes federales y la Patrulla de Autopista de Tennessee comenzaron la redada en la planta empacadora de carne en donde trabajaba, Victoria Contreras sabía que su vida iba a cambiar para siempre.
“Pues se te cierra el mundo en ese momento'', indicó Contreras.
Luego de la redada de abril de 2018, Contreras ha enfrentando un limbo legal y una detención inesperada de cerca de dos meses lejos de su familia.
Las acciones por parte de los agentes federales durante la redada ha llevado a ex-compañeros de trabajo de Contreras a someter una demanda en contra de agentes específicos y el gobierno federal, alegando discriminación racial y un registro e incautación ilegal.
La opinión provista por el Juez del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos durante el mes de enero, determinó que pueden proseguir con partes de la demanda. Una nueva fecha de juicio está pautada para finales de septiembre.
En su opinión, el Juez Travis McDonough, escribió “La discriminación racial tiene una larga historia en este país. Pero el sistema judicial federal es tanto, como por diseño y defecto, una institución lejos de ser perfecta para atender esta historia.”
Sugirió que un tribunal superior pudiera intervenir en atender el registro e incautación basado en el color de piel.
La demanda
La demanda colectiva, sometida por siete trabajadores de una planta empacadora de carne, busca un juicio en contra de agentes de Inmigracion y Control de Aduanas (ICE) y de Seguridad Nacional (DHS) y oficiales de la Patrulla de Autopistas de Tennessee (THP) que estuvieron involucrados en la redada.
También alega que los agentes comenzaron a gritar insultos raciales a los trabajadores, quienes indicaron que temían por sus vidas ya que los agentes le apuntaron con armas de fuego y un helicóptero de THP estaba sobrevolando el área.
“Pienso que si, fue abuso de autoridad, se puede decir,” indicó Contreras, quien no está involucrada en la demanda. “[Miembros de las autoridades] sacaron pistolas y otros por jalonear y las personas en defensa porque no estaban haciendo nada malo.”
Contreras describió el momento en el que observó como agentes de ICE y Servicio de Rentas Internas (IRS) arrastraban y agredían a su jefe.
En la demanda, los detalles, reportados inicialmente por Knox News, un trabajador indicó que un agente “sacó su celular y se tomó una foto de él con otros trabajadores latinos en una guagua, gritando ‘selfie!’ mientras tomaba una foto.”
La demanda indica que trabajadores blancos no fueron detenidos y podían moverse libremente en la propiedad mientras que empleados que parecían hispanos fueron llevados a una armería cercana, sin importar su estado migratorio.
“Los trabajadores no les estaban haciendo nada malo para que ellos tomen ese abuso de autoridad y que está mal hacerlo así'', indicó Contreras.
El gobierno no ha sometido una respuesta oficial sobre la demanda.
Anteriormente, un juez había sentenciado al dueño de la planta empacadora de carne a 18 meses en una prisión federal por crímenes relacionados a impuestos. Reportes muestran que James Brantley de 63 años fue liberado en enero.
El impacto de la redada
La redada en Southeastern Provisions en el Condado de Grainger ha sido una de las más grandes en la nación. Reportes muestran que 97 personas fueron detenidas. Algunos trabajadores indocumentados se fueron del país de manera voluntaria mientras que otros fueron deportados.
Contreras optó por quedarse, y regularmente hace ‘check-ins’ con oficiales de ICE mientras espera por una posible acción por parte del tribunal.
En uno de esos “check-ins”, los agentes de ICE la arrestaron de manera inesperada.
“Le di todas mis pertenencias y entonces que ya cuando agarra y me dice, ‘tú quedas detenida’, y yo ‘¿porqué?’ y entonces ‘no que mi patrón dice que tu te quedas, dice, tu te vas a quedar’ y tu solo tienes chance pero es, puedes pelear tu caso hasta que llegues a Louisiana,” indicó Contreras.
Contreras mencionó que no pudo indicarle a sus hijos en donde se encontraba por días.
“Decían ‘no, no’ me decían, ‘no, tu no puedes, tu no tienes derechos’ y le digo, ‘pero porque?’ y me dicen ‘tú eres ilegal, tú no puedes hablar con tu familia ahorita” indicó Contreras.
Contreras pasó cerca de dos meses bajo custodia federal antes de poder regresar con su familia.
“Sería como volver a nacer,” así fue que Conteras se sintió al regresar con su familia.
Contreras expresó que desea que las autoridades involucradas en la redada y otros en la comunidad, trataran a las personas de la misma forma, sin importar el estado migratorio.
“Todos somos humanos y lo bonito que sería si a muchas personas les tocó el corazón, sería no mirarnos a nosotros como personas raras o extrañas, sino como seres humanos que somos, seamos donde seamos,” indicó Contreras.
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