ANDERSON COUNTY, Tenn. — Son los héroes anónimos en los pasillos que siempre están pendiente a los estudiantes pero que ahora están a cargo de detener el COVID en los salones de clases.
“Cuando un padres nos contacta para dejarnos saber que un niño dio positivo o que alguien en el hogar tuvo contacto o estuvieron en contacto con alguien fuera de la escuela, comenzamos el rastreo de contactos'', indicó la directora de enfermería de las Escuelas del Condado de Anderson, Kathryn Price.
“Justo antes de las vacaciones navideñas, sentí que necesitaba un día para mi salud mental. Me sentía agotada,” indicó.
Su equipo ha realizado el rastreo de más de 300 casos durante el semestre anterior y ahora se están preparando para la carga que llegará luego de las festividades.
“Nuestros casos siguen aumentando porque las personas están reuniéndose'', explicó.
Indicó que ha visto menos casos de transmisión en las escuelas pero más propagación en las casas.
“Tuvimos 500 o 600 contactos cercanos en los salones de clases que no dieron positivo. Pero es en los hogares que resultan ser casos positivos luego de estar en cuarentena.”
El rango de síntomas es amplio, así como el número de contactos cercanos. Mientras los estudiantes de escuela elemental pueden tener de dos a tres, los de escuela superior pueden tener hasta 10.
“En la escuela superior depende de si estuvieron involucrados en alguna actividad deportiva'', indicó.
El sistema espera a que los padres llamen cuando noten síntomas o tengan una prueba positiva.
“De esa forma podemos notificar a los directores y al maestro y podemos comenzar nuestro reporte para notificar al departamento de salud para que puedan proveer una fecha de regreso a clases para esos niños”, explicó.
